Recuerdo bien aquella noche, para ser mas exacto, un sábado (viernes) después del servicio de consagración. Yo no tenia mucho tiempo de haber recibido el don del E.S., me sentía lleno, el hombre mas bendecido del mundo, pero por alguna razón mía, no se si buena o mala, o sólo era un testimonio que Ds me quería dar, pues he creído siempre y fielmente y sin temor a equivocarme que esta es la iglesia verdadera de Jesucristo...


Estando yo en oración antes de acostarme, recuerdo bien que vinieron unas palabras a mi mente, por eso dije anteriormente que no se si fue bueno o malo o Ds me quería mostrar algo, porque nunca he dudado de mi Santa Iglesia y Ds sabe que lo que digo es verdad, pero aquella noche yo le pregunté al Señor, ¿Señor, Señor, muéstrame tu iglesia?  Terminé de orar y me acosté a dormir.  Mas pronto de lo que pensé Ds me contestó mi pregunta y en ese mismo instante empecé a soñar lo que siempre he llevado muy dentro de mi corazón, pues nunca más he vuelto hacer esa pregunta.  Esta claro que Ds mismo me estaba dando la respuesta directamente sin ningún intermediario y este es mi sueño....

Artist Joel Moreno


Soñaba que íbamos un grupo de misioneros hermanos, en un estilo chevy van, esos que acostumbramos para ir de campaña, pues veníamos precisamente de regreso de una campaña para nuestra Santa Iglesia, pero al llegar el van se paró enfrente de una iglesia que no era la nuestra, una iglesia extraña para mi, pero al mismo tiempo llamativa.  A la par de ella se encontraba nuestra Santa Iglesia, bella como siempre, humilde pero llena de Ds.  Empezamos a bajarnos del van y recuerdo bien que yo fui el último en bajarme.  Todos caminábamos en fila como buenos soldados y yo como el mas pequeño de todos caminaba al último, como dije anteriormente acababa de recibir el don del E.S. y tenia el grado de ungido, y caminaba detrás de los fieles.


Recuerdo que todos empezamos a caminar hacia nuestra Santa Iglesia, firmes y ordenados, pero de pronto, de la otra iglesia que estaba frente a nosotros, empezaron a salir varios predicadores, hombres y mujeres muy bien vestidos y elegantes y de un momento a otro empezaron a predicarnos y hablarnos pero ninguno de mis hermanos les presto atención, ellos mis amados hermanos, caminaban fielmente hacia nuestra Santa Iglesia, ni siquiera una mirada se desvió de ellos ''¡Oh bendito misionero es grande tu elección!''  Sin embargo, desvié mi mirada y mi oído, y empecé a escuchar aquellos hombres de aquella iglesia extraña, y decía dentro de mi, “oye que bonito predican, que bonito  hablan”, pues hablaban dulzuras y grandezas materiales, pero sobre todo decían en voz muy alta y fuerte ''ya no tienes que guardar los mandamientos, ya eres salvo por gracia, los mandamientos ya se terminaron”, y en ese momento me di cuenta que algo no estaba bien.  
Voltee para mirar a mis hermanos pero ya todos se habían metido a mi Santa Iglesia, y otra vez volví mi rostro a aquellos hombres que decían que ya no teníamos que guardar los mandamientos y ahí Ds me mostró algo impresionante: Ds me había abierto los ojos espirituales y no podía creer lo que mis ojos miraban, pues dentro de aquellos hombres y mujeres había cientos de espíritus inmundos, que los movían, y movían sus lenguas y su cuerpo, pues bailaban y danzaban y aplaudían constantemente y no dejaban de gritar ''ya no tienes que guardar los mandamientos''.  En ese momento entró un terror y miedo profundo en mi alma, pues aquello que miraba era espantoso en gran manera.  El parecer de ellos era rostro como de dragón con alas y cola como lanza, y alrededor de ellos una luz roja y tenebrosa.  En ese momento preso del miedo y atónito al mismo tiempo, quise correr a mi Santa Iglesia, pero mis fuerzas me habían abandonado, y empecé a caminar poco a poco a paso lento.  Después caí de rodillas y al final hasta el suelo, pero yo quería llegar a mi Santa Iglesia, no quería morir ahí, no quería morir fuera de ella, así que comencé a arrastrarme con mis propias uñas, pero sabía que de esa manera no iba a llegar pues ya no tenía nada de fuerzas, pero una de las pocas virtudes que Ds me ha dado es que no se rendirme tan fácilmente, así que dije en mi corazón, “el único que puede ayudarme eres tu mi Ds”, y se me vinieron las palabras del Apóstol Pedro cuando clamaba en las aguas, “Senor, sálvame que perezco”.  Así que reuní todas las reservas de mi cuerpo, de mi alma, y mi espíritu y empecé a clamarle al Señor y a gritarle desesperadamente, “¡Señor, sálvame que perezco!” y así lo hice por varias ocasiones.  
Misión de Guatemala

De pronto miré venir hacia mi un varón de vestiduras blancas y resplandecientes, podía mirar sus manos y sus pies, mas su rostro no podía mirar, solo era como un sol resplandeciente y sus pies no pisaban la tierra sino que flotaba como a un metro de la tierra.  Entonces se paró enfrente de mi extendiendo su mano, tomo mi mano y me arrastró, como se arrastra a alguien que esta herido de muerte.  No obstante, el me había escuchado, el estaba ahí conmigo, la paz que emanaba de el era grande y me sentía seguro con él, todavía lo recuerdo, y cada vez que lo hago no puedo evitar que mis lagrimas corran por mis ojos.  Él me llevó hasta la puerta de mi Santa Iglesia, de un momento a otro yo estaba parado ahí junto con él de su mano y abrió la puerta con su mano derecha, pero antes que entráramos me detuvo por un momento y miró hacia la otra iglesia y me dijo, “Eloy, hijo mío, nada tienes que hacer allá”, y después de eso el ángel de Jah y yo entramos en la iglesia.  Cuando entramos, estaba yo de pie y miré que en ese momento se estaban leyendo los santos y eternos Mandamientos.  El Apóstol Caesar, en ese tiempo el Obispo, estaba encargado de leerlos con sus vestiduras sacerdotales, y todos estaban de pie reverente y con las cabezas inclinadas (creo firmemente que ese era el testimonio que el Obispo Caesar iba a llegar a ser el Apóstol de nuestra iglesia, pero en ese tiempo yo no entendía , mas ahora lo entiendo).
Los misioneros y misioneras estaban reverentes, pero ahí estaba la Iglesia de Ds, la Iglesia que guarda los Mandamientos, la Iglesia de Cristo.  Ds me había mostrado su iglesia, mas hubo algo que me llamó la atención, que entre los misioneros y misioneras había pocos, 2 o 3 hombres y 2 o 3 mujeres que tenían algo semejante a la iglesia de al lado.  Podía mirar que había en ellos también espíritu de error, espíritu inmundo y yo le pregunte al ángel, porque todavía estaba conmigo, ''¿por qué están ellos en la iglesia de Ds?" y el me dijo, “Presta atención y oíd,
ellos son los que estaban aquí, pero ya no están, ellos son los que se han apartado de mí dentro de la iglesia, ellos son los murmuradores, detractores, y los inicuos dentro de mi iglesia.  Ellos también tendrán su pago aquel día”.  Recuerdo que en ese momento caí de rodillas y le dije, “Señor, yo no quiero ser como ellos, yo no quiero perderme, ten misericordia de mí”.  En ese momento me levantó y me dijo, “Diles que yo vengo pronto, que yo vengo por mi Iglesia, que no duden, que esta es la verdadera Iglesia de Ds, y tu se fiel hasta la muerte y verás mi gloria”.  Y ahí desperté...


Este es mi testimonio, esto es lo que habló Ds.  El Señor ha confirmado a su Iglesia Santa y a su Dirección Santa.  Por eso mis amados hermanos, seamos fieles y no desmayen porque Cristo tiene una recompensa muy grande para nosotros.  Seamos fieles a la Iglesia y a la Dirección Santa, a nuestro amado Apóstol Cesar Rivera y a toda la Dirección Santa que compone el Cuerpo de Cristo.  Han pasado ya 10 años desde que tuve este sueño, AHORA ESTOY EN GUATEMALA ARMADO y DEFENDIENDO la DOCTRINA, LEVANTANDO la BANDERA en ALTO de NUESTRA AMADA IGLESIA, la IGLESIA de Ds AQUÍ en la TIERRA...
Mi Iglesia.  Y tú, defiéndela con el corazón.  ¡Cuídala!, porque esta es la Casa de Ds y Puerta del Cielo.  Los amo a todos mis hermanos y compañeros en la fe. Oren por nosotros.
Se despide su hermano S. Evangelista Eloy Castillo
Pastor de Guatemala, Ds les bendiga.