Sunday, June 24, 2012

Predicadora del Evangelio Carolina Caceres...desde Bogotá, Colombia, S.A.


A los 21 años conocí la Iglesia del Señor.  Doy gracias a D-s por esta oportunidad tan grande que me a dado a mi y a mis hijos, pues vivía en un mundo de tinieblas donde sólo hay confusión y muerte.  En esa tribulación que estaba en el mundo le pedí a D-s que me diera una última oportunidad para poder servirle, pues ya conocía algo de su palabra pero no me sentía bien.  Además, no veía que quisieran su voluntad en esos lugares donde me encontraba.  Entonces le dije al Señor, “muéstrame tu verdadera iglesia, donde se guarden tus mandamientos”.  
Poco tiempo después conocí una hermana misionera la cual me habló acerca de D-s.  La hermana me ofreció el internado a mi y a mis niños, y le dije que lo pensaría.  Me dio su dirección, pensaba mucho en que hacer pues mi situación era demasiado difícil y el enemigo que no descansa me puso miedo.  Pensaba que de pronto me robaban a los niños, no sabía que hacer, la situación se hacía cada ves más difícil.  Entonces tomé la decisión de ir a ver ese lugar y me gustó. 
Artist Alberto Arce
Así me quedé y seis meses después nos visitó el Supervisor Mayor Mauricio Preciado.  Él empezó a darnos estudios bíblicos y en el transcurso del tiempo fui enamorándome del Evangelio.  Para entonces yo ya quería bautizarme y fui sumergida en las Aguas del Bautismo el 3 de julio del 2001 y el 14 del mismo mes dediqué mi vida al Señor.  Desde entonces el Señor me a permitido luchar por su obra.  Me siento muy agradecida de D-s por esta oportunidad que me a dado aún cuando el enemigo a querido derribarme. Sin embargo D-s que es misericordioso, no me a dejado de su mano y me a dado las fuerzas para pasar cada lucha que a venido a mi vida.  
En el 2009 pedí mi traslado para Honduras.  Ya todo estaba listo pues yo estaba bastante triste y me sentía muy sola ya que mi hermana en la fe, Mary, no estaba y siempre habíamos estado luchando juntas aún en los momentos más difíciles.  De la misma manera también quería irme a otro lugar, le pedía al Señor que si era su voluntad me permitiera viajar pronto.  Esa misma noche el Señor me visitó ...
Soñaba que me preparaba para un viaje a Honduras, cuando llegaba al aeropuerto y todo estaba listo para salir me daba cuenta que al acercarme a la puerta de migración mis hijos no estaban conmigo.  Yo me preocupaba mucho y me preguntaba, “¿donde están mis hijos? ya es hora de irnos”.  En vista de que ellos no llegaban tomé la decisión de pasar mis documentos a el guardia de migración.  El guardia los revisaba y me decía, “Estos documentos no están completos, usted no puede viajar, no puede salir de Colombia”.  Una cosa que recuerdo es que portaba el uniforme de misionera.  Desperté y me quedé preguntándome por el significado de aquel sueño, pues no lo entendía.
Pocos días después regresó Mary (mi compañera de siempre) de Venezuela.  Para mi sorpresa traía una buena noticia.  Esa noche nos quedamos hablando hasta bien entrada la noche, me dijo que le gustaría poder hacer algo más por la obra del Señor.  Le contesté que a mi también y me dijo, “Pues es Hora”.  Su respuesta me recordó la similar respuesta de nuestro Apóstol, “Es Hora”.  Yo le conté lo del sueño y me dijo, "Pienso que es la voluntad de D-s.  En cuanto termine la Conferencia van a enviar a un oficial".  En ese momento me sentí muy contenta ya que habíamos soñado tanto con ese momento que no lo podía creer.
Actualmente, D-s nos a permitido seguir luchando arduamente por su obra en este lugar.  Lo que hemos plantado por su misericordia empieza a tener sus frutos ya que tenemos dos misioneros más para Su Honra.  Gracias a D-s predicamos por las calles, en los buses, y se trata de trabajar mucho en el Departamento de Consejería Espiritual.  Gracias al Señor que por medio de este programa ya nos visitan otras personas.  Hacemos lo que más podemos por su obra con la ayuda de D-s.  Bendigo al D-s del cielo y de la tierra por su grande amor ...Y con todo mi corazón digo, “Bendito Misionero, es Grande tu Elección”.
Oren por nosotros, los amamos en el Señor...
CAROLINA CACERES

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